Estimados "Fanes":
Esta entrada no tiene que ver con el planeta dinero, esta vez es un poco más acá... entre las cosas personales.
Resulta que últimamente leo muchos periódicos y en todos ellos confirmo lo que he escrito en la novela. Pero me encontré una noticia que me ha hecho reflexionar un poco de lo cerca que se puede estar de las leyendas urbanas del futuro sin saberlo... continuamos nuestro camino por la vida hasta que las noticias nos sacuden. Me explico mejor con el siguiente par de ejemplos:
Corría la vida en los años 1985, en ese entonces tenía poco más de 7 años, una de mis tías por parte de mi papá vivía en una calle cerrada de la colonia López Portillo, en Tláhuac, Distrito Federal México. Era una colonia popular donde ni siquiera tenían drenaje. Los niños nos divertíamos jugando entre los cerros de graba y arena de las casas, toda la cuadra estaba en construcción, por lo que no era difícil encontrar un buen lugar donde hacer un túnel y jugar a la "metita" con unos cuantos carritos de metal.
Al fondo de la cuadra vivía un matrimonio con sus dos hijos, todos ahí teníamos nuestro nombre clave, en este caso yo era conocido como "kiquín" a ellos les decíamos "los bombones" y cada uno tenía su apodo, el papá le decían "El mosca" la señora era "La evelia" la hija "La macuca" y finalmente el más chico "El bombón". Jugué con ellos, nos conocíamos bien, entraba a su casa y regresaba a la de mis tíos, existía confianza entre vecinos y los chamacos de todas las casas estabamos seguros siempre y cuando no nos salieramos de la cerrada a la avenida principal.
En cada cuadra de esta colonia existía un equipo de fut bol (creo que a la fecha la tradición sigue) y en este caso mis tíos Francisco y Rita eran los que patrocinaban al equipo con uniformes y religiosamente cada fin de semana después del partido ganaran o perdieran hacían una comida en su casa, corrían muchas cervezas y comida para todo el que quisiera llegar.
Después que mis tíos se mudaron a Chihuahua dejamos de visitar esa cerrada, las amistades se perdieron y algunas veces me entero de lo que sucede con ellos através de mi prima Martha que se casó con un vecino de la calle contigua y sigue viviendo ahí.
Hace un par de años me sorprendió la noticia... Resulta que El mosca y la macuca están en el reclusorio de Santa Martha, Evelia y el Bombón están prófugos quien sabe donde.
Se dedicaron a secuestrar gente y la tenían dentro de su casa, hasta que finalmente los atraparon con las manos en la masa y los que no estaban al momento del operativo se dieron a la fuga...
(Pensar que tantas veces entré y salí de esa casa sin saber que en el futuro se convertiría en un infierno para los que eran privados de su libertad, todo dentro de las mismas 4 paredes en las que yo jugaba).
Y el segundo ejemplo de esta entrada es la crónica del periódico El Universal del Domingo 5 de Octubre de 2008 "Ingeniero recluido gana premio" La nota es sobre Marco Antonio Hernández Merino... "Merino" para los cuates.
Lo conocí en la escuela superior de Ingeniería Mecánica, fuimos compañeros un par de semestres (sexto y séptimo) lo que yo alcancé a percibir de él es que no era muy brillante, tanto que estaba defasado por más de 2 años, era buen platicador, pero su forma de hacer las cosas no me gustaba... todo le era "fácil", las materias, la escuela, los compañeros eramos "comunes y corrientes" y parece ser que "la vida fácil" le jugó una mala pasada.
En resumen, acaba de ganar un concurso de matemáticas, resolvió los 12 ejercicios de los que constaba la prueba de forma excelente y de nuevo le parecieron "muy fáciles".
Lo triste es que está dentro del reclusorio Norte, lleva 4 años dentro, le faltan 7 para cumplir una condena de 11 años.
En un viaje a la ciudad de Taxco Guerrero, iba acompañado de dos "amigos", aunque él iba en un auto propio, uno de sus acompañantes iba en un auto robado, los detuvieron y fueron acusados de robo a casa habitación.
Resulta entonces que su amigo, al que seguramente "se le hizo fácil" robarse un coche, se llevó entre las patas a los otros dos, uno de ellos Merino y ahora el sistema penitenciario le está arrancando 11 años de su vida. Actualmente tiene 37 saldrá del reclusorio a los 44.
Le deseo la mejor de las suertes y si un día al salir encuentra esta entrada en mi página, reiterarle mi respeto y deseo de que le hayan sido ligeros los 7 años restantes.
Quiera Dios que le heche todas las ganas para rehacer su vida. ¡¡ Mucha suerte Merino !!
Entonces... Que fácil es conocer a las futuras leyendas urbanas, cada vez estoy más convencido que todos estamos interconectados, tarde o temprano nos cruzamos unos frente a otros en la calle. Ahora los que me han conocido en el pasado pueden comentar sobre mí como escritor.
Imágenes prestadas de los siguientes links:
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