martes, 29 de abril de 2008

También lo bueno llega a cansar

Para estas fechas ya estábamos en Julio de 2007.

Estaba un tanto cansado ya de no hacer nada, las vacaciones son maravillosas cuando comienzan, pero después de tres meses son muy pesadas. Por que comienzas a recordar lo que hacias antes, tienes tiempo para pensar que se puede hacer mejor y muchas cosas comienzan a alborotarse dentro de la cabeza hasta el punto que comienzas a enloquecer de inacción.

De verdad que el ser humano es complejo y nunca se está satisfecho con lo que se esta haciendo; mi esposa me decía que debería estar contento todo el día, que no tenía prisa por llegar a ninguna parte, que me podía dormir y levantar hasta la hora que yo quisiera, en fin, las mil y una explicaciones que se dan cuando uno quiere vacaciones; pero lo que pasa es que ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre, el exceso de tiempo extra ya había comenzado a causarme estragos.

Más o menos por estas fechas Eduardo se enfermó de varicela, fué como mandada a hacer esta situación. Como había narrado anteriormente, las relaciónes entre él y yo habían sido "cordiales" pero muy distantes. Por un lado yo tenía mi concepto de ser Juan Chinguetas en la planta y él su concepto de ser también un adolescente muy independiente. (Un Juan Chinguetas chico)

La experiencia fué importantísima para los dos, ambos encerrados en casa. Él se sentía y veía del carajo, lo que lo hizo bajar un poco de su nube, Yo por otro lado sin presiones y sin trabajo me dí a la tarea de atenderlo, le acercaba el desayuno, la comida, velaba por que la pasara mejor.

Aquí surgió un momento clave... un día estando ambos sin nada que hacer le propuse ¡Hey! por que no jugamos una mano de Heroclix. (Heroclix es un juego de mesa muy padre que habia estado coleccionando por más de dos años y que muy pocas veces jugaba) a lo cual accedió de buena gana, sabía lo "intocables" que eran mis piezas favoritas y más atractivo resultó que deseara compartir lo que hasta ese momento era casi "Sagrado e intocable" por otro ser humano que no fuera yo.
Pasamos horas y horas jugado este juego de mesa, en diferentes manos. El sentir que le ganaba o que él me vencía rompió el hielo de la distancia y comezamos ya no a hablar solo de heroclix, comenzabamos a tocar temas más profundos: cómo se sentía, lo que le interesaba, lo que soñaba, las cosas que quería hacer, yo le compartía fragmentos de mi vida (Poquitos y muy breves) por que aprendí que no le gustaban los sermones mareadores y en total, la relación se convirtió de camaradas.
De ser camaradas nos convertimos en cómplices para hacer bromas a mi esposa, nos coordinabamos para asistir a las premier de películas que le interesaban (Spiderman, Harry Potter, Transformers, etc.) A partir de ese momento, las relaciones entre mi esposa, él y yo fueron mucho mejor de lo que pude haber soñado, ahora sí éramos tres contra el mundo y no como antes que sabía muy bien que a mi esposa se le partía el corazón en dos partes cuando trataba de corregir algún problema con Eduardo. (por un lado su amor de madre que no permitía a nadie corregirlo severamente y por otro el amor hacia mí su pareja).

Las correcciones se fueron dulcificando poco a poco (por que no niego que hubo muchas durante el proceso) hasta que llegaron a un punto en el que solo me decía Eduardo: ¡no wey! Ya estuvo ya entendí. Y sin gritar , es más sin pronunciar una palabra él entendía mi actitud señalandole que algo estaba mal y se tenía que modificar, lo cual era un alivio para mi esposa, ya no más tardes con el corazon partido.

Se recuperó y volvió a la escuela, lo llevaba y traía, también iba por Italy a su trabajo, me la pasaba en la casa haciendo labores domésticas por la mañana para que mi esposa no llegara a hacerlo todo, cocinábamos en las noches para que en las tardes solamente calentara la comida y comieramos Eduardo y yo en lo que ella llegaba de trabajar en su escuela. Puedo decir que muy bien todo ese tiempo, sirvió para unirnos como una familia muuy pequeña.

Si hay algún macho por ahí que se espante, les puedo comentar sin temor a equivocarme que la relación con mi esposa mejoró muchísimo cuando le comencé a ayudar haciendo las cosas de la casa, por otro lado también me dí cuenta de lo arduo que puede ser el mantener una casa limpia y por último el respeto de Eduardo al verme entrarle a todo sin ningún miedo al que dirán, de hecho pienso que me ayudó esto para que me viera aún más accesible de lo que pensaba.

La verdad es que si hubiera llegado a la crisis en mi matrimonio y tratado de reconquistar una vez perdidos nunca los habría podido recuperar, esta serie de eventos fueron muy afortunados y maravillosos para mí ya que crecí mucho como jefe de familia y no solo como proveedor que es lo que en la mayoría de los hogares sucede. (Y eso que nomás estoy hablando por encimita de lo que se vé a lo lejos)

[Continuará]

Dun dun Dundun Caminar Dun dun Dundun a correr
Dun dun Dundun Caminar Dundun por el camino....

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